Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de fallecimiento de mujeres en España. Por si no lo sabías, produce una sintomatología poco conocida y –en ocasiones- diferentes a los que presentan los hombres. Tradicionalmente se ha hecho mucha campaña de concienciación en clave masculina. Así, cuando nos ocurre a nosotras, se convierten en “enfermedades menos diagnosticadas o infradiagnosticadas”.
“Las mujeres suelen obtener un diagnóstico más tardío y en estadios más avanzados de la enfermedad, por lo que cuentan con un peor pronóstico en comparación con el masculino”.
Quien habla así no es otra que Marta Sitges, Directora del Instituto Cardiovascular en el Hospital Clínic de Barcelona, un puesto reservado a muy pocas mujeres si tenemos en cuenta la gran mayoría de médicos cardiólogos. Parece que los problemas del corazón son masculinos en todos los sentidos.
“Concretamente, en el terreno de las valvulopatías ocurre algo similar debido al retraso con el que se diagnostica en ocasiones. En muchos casos, las mujeres acuden a consulta más tarde porque suelen ser menos conscientes de los síntomas; de la misma manera, las cargas familiares influyen para que las mujeres “aguanten” más tiempo los síntomas hasta que van a la consulta”, nos asegura Marta Sitges. Es hora de escuchar a nuestro corazón. Hemos escuchado muchas veces que la mayoría de las enfermedades del corazón -con mención especial a las valvulopatías- no presentan síntomas… ¿Es cierto? “Efectivamente, las enfermedades cardiacas muchas veces aparecen de forma súbita. De hecho, cuando hablamos de enfermedad arterial coronaria sabemos que el 50% de los infartos debutan en forma de muerte súbita, es decir, antes de que lleguen al hospital el paciente fallece de manera repentina. Esto es un problema difícil de prevenir porque todavía nos cuesta predecir en todos los casos a qué tipo de enfermos les puede pasar esto, aunque sin duda hemos avanzado en ese campo.
Sin embargo, tenemos muchas herramientas que no siempre utilizamos de manera adecuada, como la prevención y el control de los denominados factores de riesgo cardiovascular: el colesterol, la hipertensión, el tabaquismo o la diabetes.
En cuanto a las enfermedades valvulares, habitualmente tienen una presentación más crónica, más progresiva, y el enfermo sí que observa paulatinamente un empeoramiento, sobre todo en su capacidad funcional y en su capacidad para hacer ejercicio, ya que el paciente puede ir notando ahogo progresivo. Precisamente por ser enfermedades crónicas y por el hecho de que la mayoría de las veces se van instaurando de forma gradual, con frecuencia el enfermo no consulta hasta que estos están en una fase muy avanzada y con síntomas limitantes.
Por tanto, yo creo que son muy importantes las campañas de concienciación entre la población, el conocimiento de estas enfermedades y sin duda el hecho de poder prevenir estas enfermedades incrementando las revisiones y usando más el estetoscopio, incluso el uso del ecocardiograma pues podría ser de utilidad para evitar o para diagnosticar más precozmente estas enfermedades valvulares”.
Últimamente muchos casos de muertes de futbolistas por problemas coronarios nos hace plantearnos si tenemos el suficiente rigor/precaución a la hora de hacer deporte…
“Sin duda, hacer deporte es beneficioso en general para la salud cardiovascular, pero es cierto que hay un porcentaje de pacientes que hacen deporte y que pueden tener una enfermedad cardíaca no diagnosticada. Por eso defendemos la necesidad de realizar revisiones rutinarias al comenzar programas de entrenamiento, sobre todo en personas amateurs y aquellas que participan en deportes de competición. Tenemos muchos casos de gente que corre maratones sin haberse revisado el corazón y esto es como utilizar un coche con muchísimos kilómetros sin hacer una revisión previa de las ruedas, a todos nos parecería una cosa de sentido común.
Existe el pensamiento de que por hacer deporte hemos de estar absolutamente sanos, pero en realidad no siempre es así, puede ocurrir que tengamos alguna enfermedad subyacente que no se haya manifestado hasta entonces y que debido a una demanda excesiva de esfuerzo por parte del corazón pueda dar problemas, que siempre suelen ser graves, tales como complicaciones arrítmicas que pueden conducir a la muerte súbita de la persona.
No tenemos el suficiente rigor o precaución a la hora de prevenir estos problemas que en gran parte son evitables, porque se justifican por enfermedades subyacentes del corazón que no han sido diagnosticadas previamente y que podrían haberlo sido con una revisión cardiaca al inicio del programa de entrenamiento o del programa deportivo de competición”. ¿Cuánto porcentaje de la población recurre a válvulas biológicas implantadas?
“Esto está cambiando. Las enfermedades valvulares tienen una incidencia mucho mayor en relación a la edad. En poblaciones de más de 70 años, hasta más del 25% de la población puede tener un problema valvular.
Dentro de lo que son las enfermedades valvulares, cuando el enfermo presenta síntomas o cuando el corazón no puede soportar más el problema que conlleva la enfermedad de la válvula, la única opción es tratar esa válvula con una intervención que suele pasar o bien por reparar la válvula o bien por implantar una prótesis. De estas prótesis, tenemos prótesis mecánicas y prótesis biológicas.
Clásicamente se consideraba que las prótesis biológicas eran las que debían usarse para pacientes con una esperanza de vida alrededor de 10-15 años ya que es el tiempo que duran estas válvulas biológicas. Pero esto está cambiando radicalmente ya que están surgiendo otros tipos de opciones terapéuticas y porque además la cirugía cardíaca está teniendo unos resultados cada vez mejores, con lo cual las reoperaciones también están mejorando sus resultados y por tanto este porcentaje va cambiando.
La tendencia actual es que se implanten más válvulas biológicas, que se hagan más cirugías de reparación de la válvula y que cada vez se pongan menos prótesis mecánicas. En cuanto a porcentajes, es difícil saberlo con exactitud, pero de las cirugías cardiacas que se llevan a cabo en todo el mundo, si consideramos que a 100 se les pone una prótesis, este porcentaje podría corresponder a un 70 % de prótesis valvulares biológicas y un 30% a prótesis mecánicas aproximadamente”. A la hora de practicar deporte, ¿de qué manera afecta el hecho de tener una válvula biológica implantada? ¿Está desaconsejado? ¿Hay algún deporte beneficioso cuando se sufre de una valvulopatía cardíaca?
“A la hora de practicar deporte no hay contraindicación por llevar una válvula biológica implantada, siempre y cuando esta válvula biológica funcione adecuadamente y que el paciente no tome un tratamiento concomitante con anticoagulación, habitualmente por otro motivo que no el ser portador de una válvula biológica.
El deporte por tanto no está desaconsejado. Respecto a si hay algún deporte más beneficioso que otro para las enfermedades valvulares, todo depende de la gravedad de esta enfermedad valvular. Si se trata de una enfermedad leve, los pacientes pueden practicar deporte sin problema. En el momento en que la gravedad de la enfermedad progresa, sí que esta desaconsejada la práctica de deportes intensivos y son más aconsejables los deportes más suaves y sobre todo con una intensidad más leve.
Aconsejamos a los pacientes que eviten deportes isométricos que impliquen ejercicios como levantar peso y aconsejamos más deportes del tipo natación, donde el esfuerzo cardíaco no parece ser tan importante. Pero todo depende de la intensidad con la que se practique esa disciplina deportiva. Algunos pacientes con enfermedad valvular les es permitido correr, por ejemplo, cinco kilómetros a un ritmo de velocidad no muy intensivo; en cambio, desaconsejamos su participación en maratones”.
https://www.womenshealth.es/salud/articulo/infarto-enfermedad-cardiovascular